Mar I-
"Esa tarde la calle le resultaba tan empinada como una montaña. Sus piernas delgadas sentían la fuerza de sus músculos al intentar caminar con soltura; sin esfuerzo.
"Esa tarde la calle le resultaba tan empinada como una montaña. Sus piernas delgadas sentían la fuerza de sus músculos al intentar caminar con soltura; sin esfuerzo.
Esas calles de Bajo Belgrano le resultaban sumamente familiares. Pero esta vez, Aurora estaba cansada, y le incomodaban (como a un pariente querido, que no quería ver ese día). El cansancio mental se hacía carne, y hasta su cuerpo le demostraba el abatimiento de su espíritu.
Esa mañana descubrió lo que realmente necesitaba.
Y tanto meditar acerca de esa idea, la agotó hasta sus raíces más profundas.
Cargaba con tres bolsas y cinco libros. Su cartera siempre tenía dimensiones desproporcionadas en relación a su cuerpo.
¿Qué guardaba?, ¿Qué llevaba?...
Aurora sentía que todos los días estaba de paso. Que debía llevar todas las cosas que consideraba imprescindibles.... que su rumbo iba cambiando de un momento a otro, minuto a minuto; y para ello debía llevar todo lo suyo; todo el tiempo. Como si de un momento a otro debiera viajar o instalarse en un lugar; para luego des-instalarse y volver a buscar otro destino.
Aurora no tenía sentido del arraigo. Aún habiendo viviendo siempre en la misma ciudad, se sentía ciudadana mundial. Y así con todo.
Bajaba las escaleras con energía, como queriendo escaparse de donde había descubierto que no pertenecía.
Era muy temprano en la Facultad de Psicología.
Llegó tarde –como siempre- pero sin vergüenza se había sentado en uno de los primeros bancos que permanecían vacíos. Esos asientos siempre vacíos, llenos de vergüenza.
Se aburría tremendamente escuchando esa clase. La psiquis ‘como alma’ le importaba en demasía (creo que era una de las cuestiones que más le importaban es su vida). Pero, como iluminada, notó que ese no era el lugar donde iba a satisfacer sus ganas de des-cubrir todas sus curiosidades.
Sin pudor, se levantó como si una urgencia urinaria la apresara. Empujó vivazmente las puertas vaivén del aula y se fue entusiasmada a buscar vaya a saber qué conocimiento, vaya a saber dónde...
Después de todo, ya sabía lo que no quería.
Quizás por la tarde, caminando esa calle empinada de regreso a su casa, descubriría que su camino de búsqueda comenzaría así de cansador. Pero tan reconfortante como quien logra subir a la cima de una montaña".
~
Mare I- (Traducción: Dr. Marín)
"Quella sera la strada le sembrava tanto in salita come una montagna. Le sue gambe magre sentivano la forza dei suoi muscoli che tentavano di camminare con leggerezza; senza sforzo.
Quelle strade di Bajo Belgrano le risultavano così familiari. Ma questa volta, Aurora era stanca, e la scomodavano (come un familiare molto caro, che quella giornata non voleva vedere). La stanchezza mentale si faceva carne, e anche il suo corpo le dimostrava la distruzione del suo spirito.
Quella mattina aveva scoperto quello di cui realmente aveva bisogno.
E tanto meditava su quella idea, che era stanca fino alle sue radici più profonde.
Carica con le sue tre borse e cinque libri. La sua borsa sempre aveva dimensioni non proporzionate in paragone al suo corpo.
Che nascondeva? Che portava?
Aurora sentiva che tutti i giorni era di passaggio. Che doveva portare tutte le sue cose che considerava fondamentali...sentiva che il suo destino cambiava da un momento all’altro, minuto dopo minuto; e per quello doveva portare tutto con sè; tutto il tempo. Come se da un momento ad un altro doveva viaggiare o installarsi in un luogo; per poi andare via e tornare a cercare un altro destino.
Aurora non aveva senso di appartenenza. Anche se aveva sempre vissuto nella stessa città, si sentiva cittadina del mondo.
E così era con tutto.
Scendeva le scale con energia, come volendo scappare sempre da dove aveva scorperto non appartenere.
Era in anticipo nella Università di Psicologia.
Era arrivata -come sempre- in ritardo ma senza vergogna si era seduta in una delle prime sedie che erano vuote. Quelle sedie sempre rimangono vuote, piene di vergogna.
Si annoiava tanto ascoltando la lezione. La sua psiquis "come l'anima" le importavano troppo (credo che era una delle questioni che più le importavano nella sua vita). Ma, come illuminata, aveva capito che non era il posto dove poteva trovare le sue voglie di scoprire tutte le sue curiosità.
Senza pudore, si alzò come se una urgenza urinaria l’avesse presa. Ha spinto vivacemente le porte della sala e rimase entusiasmata a cercare chi sa che cosa, e dove...
Dopo di tutto, già sapeva cosa non voleva.
Forse quella sera, camminando per quella strada in salita di ritorno a casa, scoprirà che la sua ricerca sarà così stancante. Ma anche tanto confortevole come chi riesce ad arrivare alla vetta della montagna".
~
Los Mares de Aurora, Fragmento, Derechos en trámite.
Enlace: http://off-montepulciano.blogspot.com/2009/11/letras-scritti.html
- Agradecimientos por su generosidad, difusión e interés:
Romina Amodei: http://lalunayelarte.blogspot.com
OFF -Revista de Cultura-: http://off-montepulciano.blogspot.com
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Bienvenidos los Mares de Aurora! Quedo a la espera de saber qué le depara el destino a esta niña acuática :)
ResponderEliminarBeso,
Eugenia
Hola Euge!
ResponderEliminar'Los Mares de Aurora' será mi primera novela corta que espero terminar de parir este año... (Aún estoy viendo de qué modo sacarla a la luz... :)
Te mando un beso grande!
Debb.
Si si, me comentaste! Por eso digo que espero saber cómo le va a Aurora, para alentarte a que sigas escribiendo :)
ResponderEliminarBeso!