Dejarse querer es brindar confianza: abrirnos de par en par, querer que el otro nos investigue, intentar correr el miedo de sentirnos vulnerables. Ayudarnos mutuamente en esa travesía de darle crédito a lo que se siente: evidente. Porque si la piel habla, más vale escucharla. Y si con un otro la piel adquiere nuevos lenguajes de placer y bienestar, más vale no desestimar... Dejar-nos afectar. Animarse/nos; refundar cada experiencia para valorizar a quien se pretende conocer.
Paciencia y confianza: aparece /(se) encuentra aquel ser fuerte que en sincronía de piel busca transitar otros espacios posibles y desconocidos. Acceder hacia caminos compartidos, sin perder el paso individual: el ritmo de cada cual.
Encontrarnos dispuestos a ser elegidos como par y desde las mismas vibraciones, dar. No hay reparos, ni excusas posibles que podamos poner en la rueda. Somos co-creadores, aquellos que abrimos el juego, permitimos que nuestros deseos se alineen con los de otro ser.
Saber que alguien elige nuestra voz, nuestra compañia, se anima a la diversidad, se atreve a dejar-se ser a partir de un otro. El miedo se corre, la espontaneidad se reduce a disfrutar el instante, saberse con el otro, acompañado desde la elección, y la conciencia de sí. Ver para donde se desea rumbear y estando en sintonía nada puede salir mal. Todo es puro 'sumar'.
La magia de entregarse frontal, la transparencia fluye y rozamos lo sublime de dejarnos conmover, movilizar: le damos valor al otro por lo que muestra, de-vela, aquello que es. Saber ver sus facetas, admirarlo como reflejo/espejo o contraste que aporta y expande nuestra actualidad. Sentirse atraído por lo que nos aporta, el universo que nos amplia y el espacio co-inventado; aquel en donde se puede reposar mutuamente.
El ritmo del otro se torna multidimensional: igual y diferente: los tiempos de cada cual como momentos que se eligen y valoran a partir del crecimiento personal y compartido.
Intentar volver a amar, no haberse enquistado en experiencias posibles y pasadas. No estancarse en el miedo (trampa que deforma lo que realmente es posible de ser sentido). Decidir apostar, probar, ver lo que nos produce la compañia incierta de aquel que nos permitimos conocer y se permite conocernos. Sin prisa, pero sin pausa: desde la adultez y lo lúdico.
Elijo quien me elije. Elijo al ser que se presenta simple, llano, sin enrosques, sincero ante sí. Ante todo. Aquel que elige la palabra por sobre los malos entendidos, elige sumarse lentamente a la locura de tirarse nuevamente a la pileta. Aunque provoque vértigo... pero sabiendo que de este lado, habrá también red... entrega sin más.
Si temo? Claro que sí. Al final, el miedo se diluye; saber que la piel manda y el corazón elige; que ninguno de ambos dejará de creer mientras fluya lo que enaltece. Y frentre a lo complejo e incierto, descubrir en el otro alguien en quien poder contar todos los respiros y dificultades que se presenten. Atenuar fantasmas y dispuestos a expandir lo posible.
Querer querer. Aprender a querer (cada vez mejor).
Dejarse/Dejarnos querer, por aquel ser valiente que se atreve a más, tomando nuestra mano -y yo la suya-; iguales y diferentes en tantos modos, pero por la misma vía, respirando afecto, reciprocidad, libertad y aires de bienestar.
La magia de entregarse frontal, la transparencia fluye y rozamos lo sublime de dejarnos conmover, movilizar: le damos valor al otro por lo que muestra, de-vela, aquello que es. Saber ver sus facetas, admirarlo como reflejo/espejo o contraste que aporta y expande nuestra actualidad. Sentirse atraído por lo que nos aporta, el universo que nos amplia y el espacio co-inventado; aquel en donde se puede reposar mutuamente.
El ritmo del otro se torna multidimensional: igual y diferente: los tiempos de cada cual como momentos que se eligen y valoran a partir del crecimiento personal y compartido.
Intentar volver a amar, no haberse enquistado en experiencias posibles y pasadas. No estancarse en el miedo (trampa que deforma lo que realmente es posible de ser sentido). Decidir apostar, probar, ver lo que nos produce la compañia incierta de aquel que nos permitimos conocer y se permite conocernos. Sin prisa, pero sin pausa: desde la adultez y lo lúdico.
Elijo quien me elije. Elijo al ser que se presenta simple, llano, sin enrosques, sincero ante sí. Ante todo. Aquel que elige la palabra por sobre los malos entendidos, elige sumarse lentamente a la locura de tirarse nuevamente a la pileta. Aunque provoque vértigo... pero sabiendo que de este lado, habrá también red... entrega sin más.
Si temo? Claro que sí. Al final, el miedo se diluye; saber que la piel manda y el corazón elige; que ninguno de ambos dejará de creer mientras fluya lo que enaltece. Y frentre a lo complejo e incierto, descubrir en el otro alguien en quien poder contar todos los respiros y dificultades que se presenten. Atenuar fantasmas y dispuestos a expandir lo posible.
Querer querer. Aprender a querer (cada vez mejor).
Dejarse/Dejarnos querer, por aquel ser valiente que se atreve a más, tomando nuestra mano -y yo la suya-; iguales y diferentes en tantos modos, pero por la misma vía, respirando afecto, reciprocidad, libertad y aires de bienestar.
Hola Debb!
ResponderEliminarMe encanta esto:
"Aprender a querer cada vez mejor".
Es simple....hacer del amor un aprendizaje que va evolucionando.
Que lindo es estar enamorado!!! Y que lindo es sentir amor, no solo por la pareja, sino hacia todos los seres, y hacia todo lo que existe.
Y no es un sentimiento naif o infantil. Como decis vos, se necesita mucha valentia para la entrega del Amor.
Un beso grande!!!
Eugenia
Gracias Euge!
ResponderEliminarEstoy más que convencida que "el amor se construye", claro que sí.... es un aprendizaje constante, ir sumándole facetas a esa posibilidad que se nos presenta.
Por eso cuando surge algo de sincronía desde la piel (el 1º signo al que vale darle importancia cuando algo posible se vislumbra) hay que empezar a sumar matices... pero para meterse en ese juego hay que tener algo de valentía, coraje y quererse muuuucho: saber que uno se merece semejante experiencia!! ;)
Siempre digo lo mismo: 'Volvería a caer una y mil veces más por amor'....
Besos y agradecidísima siempre por tus aportes y lecturas.
Encanto-me, sin mucho por agregar, lo has dicho todo, Debb, el amar es un placer, que nos puede suceder.
ResponderEliminarBeso!
Agradecida amigo, un halago sus palabras ante las mías.
ResponderEliminarAbrazos.