domingo, 26 de diciembre de 2010

El dolor también espeja

Resulta que el dolor o la angustia ajena –al igual que las alegrías- de aquellas personas que quiero, aprecio, amo, o siento cercanas, me ayudan a drenar, escribir: ‘re-experienciar’ sensaciones, recordarme en momentos similares, meditar frente a las experiencias del otro, verme como me comporté en  momentos parecidos, o intentar ayudar al otro a encausar lo irresuelto: como tantas veces la opinión bondadosa de las almas que me rodean cooperan en mi crecimiento: en el disfrute de mis logros, en la superación de mis escollos, y en tantos otros matices.

Om Shanti
(Fotografía digital, Noviembre 2009, Debbie Chabes)

Hoy me surge volcar estas sensaciones frente a una situación que estoy viviendo: un amigo del alma, una de mis almas gemelas (esas que por fortuna estoy encontrando en esta vida) está angustiado por amor.
'Oh!, L’ amour!': ¡Cuánto nos da, cuánto nos duele a veces, cuán in-descifrable es, y cuánto menos deberíamos racionalizarlo!



Llamadas diarias, presencia constante pero no invasiva: pidiéndole que se alimente, se levante de la cama, vuelva a sus rutinas, a sus amistades…. Sugerirle que no se evada, que atraviese el dolor, que el duelo es necesario para re-surgir y aprender… Tantas palabras que quizás en este momento son inútiles, pero que dentro de un tiempo puede llegar a procesar y considere valiosas.
Hay veces que debemos saber que lo que el otro necesita es nuestra compañía en silencio. O nuestra presencia a la distancia. Esa presencia que da aire y a la vez nos encuentra acompañados, contenidos. Para poder recuperarse/nos; el otro sabe que puede contar con nuestra incondicionalidad: más álla de los horarios socialmente aceptados, y los momentos que algunos consideran inoportunos.
Utilizo esa sensación de angustia ajena que sentí muy propia para volver a escribir a partir de las sensaciones espejadas. Como si un hábito comenzara a instalarse. Creo, intuyo, que este intercambio puede ser(me) útil. O quizás, una vez más, me disculpo si hay algo de egoísmo en esto. Porque esto de intentar ayudar al otro tiene un 'dejo' de altruismo, no?... Luego medito y veo que en mí es instintivo, no calculado, fluye, sin filtro alguno. Me expongo y, cuando soy (plenamente consciente), doy lo que creo mejor de mí.
Lenga
(Fotografía analógica, Bariloche, Julio 2009, Debbie Chabes)

Reconozco que tengo una visión encarnada al respecto: la satisfacción de dar es mucho más que la de recibir. (Quizás allí resida el rasgo egoísta que percibo). Y para más, no pongo expectativas en el accionar de quienes aprecio: no pretendo que sientan la obligación de responder ante mis ganas/necesidad de ayudarlos;  ni siquiera de agradecer… Y lo que sucede cósmicamente es que esa gente, obviamente se presenta cuando estoy en la vereda de las sombras: ahí reside la reciprocidad que me encanta. Uno hace, y el universo luego alinea. Se recibe lo que se da. Comprobado.
Sé muy bien que hay veces que no se desea hablar cuando hay dolor; ni siquiera la presencia física de una amistad puede atenuar la angustia. Lo comprendo, lo atravesé. 
No me asustan ni me molestan los silencios.
Los silencios de mi queridísimo amigo deben ser respetados como templos donde pueda encontrarse; encontrar el reflejo donde asome algo de su luz apagada. Encontrarse con uno mismo logra la consciencia para las buenas elecciones posteriores: esas que suman y enriquecen, aún frente al dolor.

Desde el muelle
(Fotografía digital, Noviembre 2009, Debbie Chabes)

Esta situación que él anda atravesando me da la posibilidad de revisar mi historia; verme reflejada en algunos de los sentimientos que esta experimentando. Entonces, me encuentro con ganas de compartir vivencias que de algún modo intuyo le pueden llegar a ser útiles, o simplemente, la oportunidad de contarle algo más acerca de mí. Compartir. Y poder descubrir, a través de la experiencia del otro, que todo pasa.
Dicen que 'es sabio el que aprende de sus experiencias, pero más sabio es aquel que puede tomar aprendizajes de experiencias ajenas'. Ojalá algunas de las cosas que vaya compartiendo –y que me surgen como inmensas cataratas cuando pienso en su dolor actual- puedan darle una mano, desde algún lugar. Desde cualquier o ningún lugar.
Y pensando a la distancia, espero –anhelo- que esto que le acontece sea una anécdota fructífera cuando el tiempo pase.
Hoy me dieron ganas de hacerle unos comentarios, completamente desordenados… sin quizás ningún orden racional aparente, pero con la clara intención de que algo pueda rescatar de toda esta vorágine de palabras. Se los escribí, para que los lea todas las veces que desee, o para que los lea cuando pueda y quiera. 
Una parte de ese escrito lo comparto aquí. Y así devino:
1)    “Holy Smoke”: Gran, gran, pero gran película. La acabo de conseguir luego de años de buscarla para comprarla, solo hace tres semanas, en inglés, ni siquiera con subtítulos en español. Recuerdo que la ví por primera vez en mis épocas de universitaria, cuando ir al BaFiCi era casi una ceremonia religiosa. Actúa la grandiosa Kate Winslet, una de mis actrices preferidas (sino, 'MI' actriz preferida!?). Entonces, resulta ser que me acordé de esta película que ví nuevamente hace poco y me volvió a enloquecer. Hay muchos temas, pero el que me traspasa y adoro el abordaje es la transmutación de los personajes. Cómo el personaje que brinda, da, se entrega, termina recibiendo más de lo que estuvo dando. ¿Resuena?... Y vuelvo a lo mismo de antes; que esto de dar una mano, suele ser tan reparador para aquel que la recibe como para quien la da.


2)    Secarse: Llorar hasta secarse, permitirse llorar si brota, todo lo que uno necesite, pero no darse lástima. No victimizarse: No mirarse al espejo diciendo “que desgraciado soy”. Cuando digo no dar(se) lástima, me refiero a “no enquistarse” en esa posición cómoda de quien busca el desahogo como un fin en sí mismo. Atravesar el dolor sí: instalarse en él, de ningún modo. Que el des-ahogo (gran palabra, no?: sacarse la sensación de ahogo..esa que oprime el pecho) sea un puente, un medio para lograr pasar a un bienestar que sólo puede conseguirse tocando fondo HOY.
3)    Recursos: No desperdiciar ni uno solito. Enumero algunos: a) no  olvidar de agradecer todo lo que uno tiene y ha logrado –los seres y todo lo hermosísimo que nos rodea (aunque me putee, agradecer esta experiencia también; porque de algún modo enriquece, eleva, y seguro es una preparación para algo mejor), b) salir –no necesariamente ‘de reviente’-, sino a tomar aire, a frecuentar gente que da bocanadas de aire fresco, poco viciado, nuevo, c) volver al psicoanalista o su espacio de reflexión personal, d) volver a las clases de yoga, e) seguir con todos los hábitos propios, f) retomar –si es que alguno se ha dejado- los hábitos que quedaron por el camino por amoldarse a ese amor/a ese otro. Re-conocerse de nuevo. Permitir re-encontrarse.


UP, Pixar 
(Un canto al amor -en especial los primeros 20 minutos: lejos, una de las mejores del estudio)

4)    Decir lo que uno siente: No dejar de decir lo que uno siente. Y viceversa. No caretear, esa es mi ley. Desde la entrega y la honestidad, un par percibe lo que realmente somos. Pero hay una leve diferencia que creo no haberle aclarado, pero intuyo ya sabe. Si se cree/siente que se está a tiempo, hacerle saber al otro de nuestros sentimientos más nobles, sin mostrarse “inválido”: esto del “te necesito” es asfixiante para cualquiera. Buscar al otro para “ser” es una real cagada. Uno debe estar completo antes de estar con alguien, y no esperar que alguien nos venga a completar o juntar nuestras piezas. Y por lo general, hablar desde la necesidad, logra el efecto contrario al que deseamos: hacemos que la otra persona se aleje mil kilómetros; mínimo.
5)    Tiempo: Medité lo siguiente. Cuando nos piden ‘tiempo’, o si lo que la otra persona nos transmite es que no es el momento HOY de estar juntos, ok. Puede ser. No creo que esas palabras sean siempre mentira. Entiendo que estos planteos nos sublevan y desesperan, pero me dí cuenta de algo cuando me sucedió a mí: la elección no la tiene la otra persona. La pelota esta de nuestro lado, y es uno el que debe elegir. La elección pasa a ser nuestra. Sólo hay que saber qué situación se elige afrontar, pero la elección es nuestra. No buscar respuestas siempre del otro lado si las decisiones también las podemos tomar nosotros.
6)    Universo: Si esto está aconteciéndole a un querido amigo, es porque el universo tiene sus razones aunque nosotros no las entendamos del todo. Es más, estoy completamente convencida que somos co-autores con el universo de todo lo que nos pasa, así que el estar involucrado nos dá la posibilidad de ser protagonistas también. Todas las experiencias suman. Ninguna resta. Si esto está pasando, es porque debía ‘ser’, preparar el terreno para algo mucho mejor: con ella o sin ella (la mujer que él extraña hoy). Esperar tranquilo, en su eje, aunque resulte difícil. Trabajar la calma. Algo muy bueno debe estar esperándolo. Sólo hay que estar atento. Abrir bien los ojos, aunque por estos días los tenga nublados de tanto llorar.




That’s all for now: eso es todo lo que tengo para brindarle a mi gran amigo hoy.
Yo?... Me estoy yendo mañana Viernes al Chaltén hasta el 15 de Enero. 
Felíz ansiedad. Estoy contenta.
Creo que algunas cosas se definirán luego de este viaje…. desconozco para que lado, pero estoy segura que así será. Lo intuyo.
(Enero 2010).

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