jueves, 6 de enero de 2011

Mil cosas

"El lenguaje es otra piel: yo froto mi lenguaje contra el otro" 


(Roland Barthes)
Algunas situaciones de pasibidad obligada tienen sus pro/contras: me llevan a lograr aquello que pretendo se internalice cada vez más de manera natural en mi vida: equilibrio y armonía de opuestos: mi hiper-acción, y la tranquilidad de la consciencia de sí, la auto-conexión; para encontrar(me), para poder entrar y salir de escena, sin necesidad de salir de mí. Eso de la dualidad que tanto valoro y me deja plena.
Lobos (Diciembre, 2010)
Esos frenos obligados que a veces surgen, me provocan asfixia, sensación de encierro: como quien tiene el impulso para saltar y le ponen techo. Entonces, me propongo utilizar ese tiempo; capitalizarlo. Calmar mis aguas para que bajen cada vez más claras.
Abro todas las ventanas de la casa, camino descalza por el pasto, y largo lo que siento/pienso.
(¿Es a veces lo mismo?....A esa sincronicidad se llega cuando estamos alineados): el reposo me permite escribir, y leer más de la cuenta…. ¿Será eso evaluable/posible?... ¿Qué es ‘más de la cuenta’?, ¿o se escribe y se lee todo lo que se desea/necesita/acontece?... Supongo que a cada cual lo encuentran las hojas y autores que le corresponden (vacías, blancas, o repletas de letras…)
[¿Se me leerá tan caótica como me siento? No me disgusta sentirme así. Muy ordenada en mi desorden. ¿Se me leerá clara? Simple curiosidad].
La sensación de andar siempre con mil cosas en la cabeza, aún nombrando solo una.
Caos, y torbellino: algo de eso hay en mí. Me reconozco múltiple, contradictoria, sumatoria de partes.
Y de vuelta, la dualidad/multiplicidad/contradicción: torbellino de ideas (des)encontradas, y a la vez, está eso que sucede en el instante mismo que comienzo a escribir con un fin: se ordenan las ideas, las sensaciones, me perpetuo y (me) presencio en una idea que deseo transmitir, la intento ordenar, y comunicar lo más clara posible: me tomo el tiempo necesario para encontrar esa palabra que logre comunicar lo que realmente hay adentro: Y me re-pregunto, …¿será posible que las palabras sean fiel reflejo de nuestra interioridad?... No lo creo. O por lo menos, un medio válido, pero tan limitado por momentos.
Las palabras definitivamente aproximan, pero mucho dependerá de la apertura de quien escribe y de quien está dispuesto a leer/escuchar.
Jodorovsky en Argentina (Apuntes, Noviembre, 2010)

Y la risa como gran socia del cuerpo, aproxima por definición: la espontaneidad que se enaltece desde una sonrisa, relaja los músculos y deja fluir luz por los poros.
Y luego, solo queda el cuerpo, como campo comunicacional: siento que por lejos, el más excelso y real.
Autofoco (Octubre, 2009)
La comunicación corporal me resulta, por lejos, la mejor vía de la comunicación: gestos, miradas, y complicidades, hacen que tantas palabras solo sean útiles cuando no hay otro recurso posible a la mano.
Pero sin menospreciar el lenguaje oral, sigo. Sirven las palabras, claro está, …. Pero cuando comienza el regodeo comunicacional, …un embole.
Más vale comenzar a hablar(se) desde otros lenguajes posibles, a reírse desde la complicidad de la gestualidad. De la comunicación extrasensorial.Y entre tanta reflexión que comparto desde este lugar, imposible disimular la importancia que le doy a los cuerpos entre (dos) personas que, azarosamente o no, se encuentran: amo el azar; el azar como el suceder de los acontecimientos ‘planeados’ para nuestra evolución, pero de los cuales no tenemos ni idea: la diversión de lo oculto, del vértigo de no saber lo que viene. La diversión y sabiduría de aquello que sorprende.
A veces intuyo que tantas palabras también alejan: como si nos ubicaran en un lugar de im-postura, pose, [cerca] que aleja.
Lo que también sí pre-siento, es que algunas compañías resultan tan agradables que las palabras y las mil cosas que nos rodean no son tan necesarias. Se entra en un espacio más sutil, atemporal. Solo quedan los cuerpos y las vibraciones.
¿Será que con tantas palabras quiero decir sólo eso?... ¿la simplicidad del gusto por la compañía ajena, elegida desde el (des)conocimiento, desapegada, respetada, y disfrutada?... Puede ser.  Pero igual: intuyo que entrar en sincronía es mucho más que eso, y a la vez, no encuentro el modo ni las palabras que puedan reproducir la sensación que se manifiesta clara y precisa.
Tantra Yoga Blanco (Diciembre 2010)
Será que la piel habla cuando alguien está dentro de cierta frecuencia similar.
Complicado mientras escribo no sentirme expuesta: no importa; es el riesgo que decido correr: las fobias y la vorágine de la locura de esta ciudad todavía no han logrado matar mi lúdica espontaneidad, y espero que nunca suceda. Por eso me abro, digo y muestro escrituras caóticas, como ésta, con mil componentes que me constituyen.
No pierdo tiempo en lo que esta bien-mal, los ismos, las generalidades y demases.
Por lo pronto gano tiempo con el interés en elevarme/conectarme: no temo decirle al otro lo que me provoca.
Juego, fluyo, me abro y conecto. Y eso ES disfrutable.
Libre.
Liberador.
Elegible.
Tanta vanalidad por tantos lares, -sin ánimos de subestimar a nadie-, que resulta complicado conectarse con alguien (‘otros alguienes’). Y cuando ‘alguien’ aparece, y uno se siente cómodo, imposible el disimulo.
Otras veces, creo que los disimulos pueden ser posibles de algún modo: ¿cuándo? con la sensación de creer que las confesiones pueden causarle al otro la necesidad de alejarse. Y al pensar así, me digo: ok, una locura más en la cual estamos inmersos solo por pensar de más.
Lo luminoso de lo simple: La transparencia del lenguaje de los cuerpos.
Match Point, Woody Allen, 2005
Busco las palabras que puedan describirlo. Arrugo papeles en mi cabeza, los rompo a pedazos, lleno el tacho de ellos, y no encuentro palabras. A veces no son tan importantes después de todo. Al final, los hechos son los que movilizan, perturban, provocan [o no] escalofríos o emoción, remueve lo salvaje, acerca a lo primitivo.
Y la imaginación desborda, hambrienta, porque de nuevo, le doy importancia al contacto, intercambio. Elijo y  tampoco creo poder evitar (entonces…¿Lo elijo?)… Sea como sea, sigo apostando, a sentirme bien con quien entro en sintonía, espejado;  a la suma de las partes.
(Si hablo de comunidad, sentir elevarme con muchos ‘alguienes’).
Si hablo de cuerpos, volar con ‘un alguien’.
¿Sexo?..en todas sus expresiones: a veces toma forma de maneras poco imaginadas, pero decanta en formas múltiples de lo mismo: perder por momento sentido de la realidad, inmersa en el placer de lo brutal e inconmensurable, ojos inyectados de sangre, desborde, comunión, besos, fluidos, como diría Bataille: 'pulsión de vida y de muerte', vuelos de cuerpos, pérdida del sentido para después de todo encontrar el sentido más sutil y real.
Genial, brillante, escapa mi comprensión, y no me importa. 'Al fin y al cabo', no todo tiene que tener alguna explicación.
Punctus, after de swim (Sally Mann)
Simpleza y sabiduría del disfrute del 'ahora' compartidos (sin culpas, con los pies en la tierra, en el presente, sin prejuicios, y volátil hasta donde me lleven).
Cada vez que conecto, no reniego con lo que me pasa. Lo veo, lo ilumino, lo miro de cerquita, lo tomo con las dos manos e intento potenciarlo: puedo hacerlo????.. a veces sí, a veces no. Pero lo intento. Será cuestión de indagar acerca del otro sólo hasta donde el otro nos deje indagar.
Me dejo atravesar por lo que acontece, pero no puedo (no quiero) evadirme de los deseos, estímulos, ambiciones, ocurrencias, creaciones…en el fondo, no quiero. Qué afortunada… y todos conviven en cálida armonía, y me constituyen quien soy. Además del disfrute del instante, poder proyectarlo en otros instantes posibles, potenciales, potencia-bles.
Ocurrencias que me surgen de estímulos externos e internos, busco y encuentro, o sin buscar, se me presentan: como si el azar supiera exactamente lo que uno necesita para ponerlo frente a nosotros y dejarnos-lo manotear.
Cuando una persona agrada y moviliza, eso ya es motivo para brindar.
Si alguien suma, bienvenido a mi mundo.
Conectar con ideas, con creaciones mentales, con deseos. Cuando esto sucede, quiero –como si pudiera ser caprichosamente dueña de las acciones que me acontecen- que los seres ‘valiosos' permanezan en mi vida, sea como tenga que; del modo que sea –se suma desde varios frentes/'puentes'-. Y finalmente entiendo, casi intuitivamente, que del modo que permanezcan, será el mejor modo posible.
En fin, a veces tantas palabras pueden decir poco y aburrir.  Y lo sé.
O no. Y todo lo contrario.  Y también lo sé.
Mil manojo de sensaciones.
Mil cosas.


(Reloaded del original, Agosto 2010).



Otra piel, Cerati (Ahí vamos, 2006)


2 comentarios:

  1. Hola...

    He comenzado el día acompañando a un río durante un tramo de su viaje hacia el mar... E intentando prescindir de las palabras...

    http://www.facebook.com/album.php?id=1265283664&aid=2060192

    Me he dado cuenta de que cada vez percibo mayor Silencio en el Ruido...

    GRACIAS Debbie por compartir tu Percepción de la Polaridad...

    Abrazo Eterno...

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  2. Intuitiva-mente polarizada en la unidad....ja!
    Gracias por pasar,
    Abrazos.

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