jueves, 11 de abril de 2013

De deseo somos


La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. 

Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. 

Tenía boca, pero no tenía con quién hablar.

La vida era una, y siendo una era ninguna.

Entonces el deseo disparó su arco. 

Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.

Los dos se encontraron y se rieron. 

Les daba risa verse, y tocarse también.

De deseo somos.
Espejos, Una historia casi Universal.
Eduardo Galeano.

~Vida~

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