viernes, 11 de mayo de 2012

La pequeña muerte

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje,
  A lo más alto de su vuelo.
En lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, 
Voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, 
Lo que pensándolo bien nada tiene de raro, 
Porque nacer es una alegría que duele. 
Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, 
Que rompiéndonos nos junta,
Y perdiéndonos nos encuentra, 
Y acabándonos nos empieza. 
Pequeña muerte, la llaman;
pero grande, muy grande ha de ser, 
Si matándonos nos nace.

El Libro de los Abrazos, Eduardo Galeano.

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