Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud; de lo que te plazca. Pero embriágate.
Y si alguna vez, en los escalones de un palacio, sobre la hierba verde de un foso, en la soledad sombría de tu habitación, te despiertas, disminuida ya o disipada la embriaguez, pregunta al viento, a la ola, a las estrellas, al ave, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntale la hora que es. Y el viento, la ola, la estrella, el ave, el reloj, te responderán:
–¡Es hora de emborracharse! Para no ser esclavos martirizados del Tiempo, embriágate, embriágate continuamente. De vino, de poesía o de virtud; de lo que te plazca.
Pequeños poemas en prosa,
'Poema XXXIII',
Charles Baudelaire.
[9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867, Francia.]